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viernes, 13 de noviembre de 2009

6 noches, una mirada al microcosmos

Paola Leoni El eterno salvaje 13 noviembre.

Julio Hubard Historia de la conciencia 20 nov.

Maria Luisa Aspe Coherencia con los valores 27 nov.

Manuel Gómez Los signos de nuestro tiempo 4 diciembre

Donatella di Benedetto La humanidad en A. Gramsci 11 dic.

J. Enrique Covarrubias Los escritores fabianos y la evolución 18 dic.




Te invitamos a 6 noches de conferencias.
6 viernes a partir de las 7 pm.

Sin costo.
Constancia con el 80% de asitencia.

2 comentarios:

  1. El pasado viernes 4 de diciembre, asistí, como cada semana, a la conferencia del Instituto Científico Técnico y Educativo (ICTE); en esta ocasión acerca de "Los signos de nuestro tiempo", a cargo del Licenciado Manuel Gómez Granados.
    No creo que deba dar un resumen de lo que ahí escuché, para ello se podrá consultar la publicación del ciclo entero que aparecerá en fechas próximas, y que no estará a merced de lo pasajero como esta nota sucedánea; antes bien, quiero hacer referencia a un comentario hecho durante la conferencia, acerca del Teletón que, de la mano de aquello que la televisión ha tenido a bien llamar estrellas, se realiza este fin de semana con rotundo éxito.
    Es cierto, las necesidades de los demás necesitan atención, y el gran aparato propagandístico, la organización de los medios de comunicación y la eficacia de sus empleados pueden recolectar mucho dinero e invertirlo ostensiblemente en grandes centros donde atienden a cantidades de pacientes como no podría hacerlo ya el Estado. Es cierto.
    Pero queda aquel comentario: "sí, lloramos con las escenas y se pagarán hospitales, pero nadie convivió con esos niños": la capacidad de recolección de fondos es directamente proporcional a la distancia que media entre quien lo necesita y quien deposita: "es una iniciativa aséptica", terminó diciendo el Lic. Gómez.
    La necesidad, la precariedad, el sufrimiento, se manejan como productos de consumo: sólo con el suficiente dinero se puede cubrir la necesidad.
    No hace falta recurrir a la idea del fraude que circula por internet, sobre la evasión que propicia el Teletón: el desánimo de la caridad me parece criminal; lo que es de llamar la atención es que se pueda delegar en otras manos el tiempo, la atención, la convivencia con quien por motivos involuntarios lo necesita como el pan de cada día.
    Por eso, como dijo también Manuel Gómez, "habría que preguntarnos, ¿qué estamos haciendo nosotros?", ¿cómo nos ocupamos del que lo necesita?
    Esto ya lo ha dicho Ivan Illich, cuando habla de la convivencialidad criticando la seguridad social; así lo seguirán diciendo quienes, preocupados en que el hombre no se pierda, mantengan la esperanza de despertar a los hombres, como ha hecho la gente del ICTE.
    Nos vemos el próximo viernes, ahí, para la conferencia de Dontalle di Benedetto, sobre "La humanidad en Antonio Gramsci".

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  2. La pregunta por el hombre, por su esencia, por su origen y por su destino es tan antigua como el hombre mismo. Así, desde lo más antiguo de la historia se la han planteado todos los hombres: se la han planteado de diversos modos y se han dado las más diversas respuestas en los más diversos modos de expresión.

    Sin embargo, en la historia del espíritu humano, dice Martín Buber, podemos distinguir épocas en que el hombre tiene aposento y épocas en qué está a la intemperie, sin hogar. En aquellas, en las que el hombre tiene aposento, el hombre vive en el mundo como en su casa, en las otras el mundo es la intemperie, y hasta le faltan a veces cuatro estacas para levantar una tienda de campaña. En las primeras el pensamiento antropológico se presenta como una parte del cosmológico, en las segundas ese pensamiento cobra hondura y, con ella, independencia.

    Y quizás, nunca como hoy, el mundo había sido una intemperie, nunca como hoy habían faltado cuatro estacas para levantar una tienda de campaña. No es raro pues que, en siglo pasado y en los albores de este siglo, se haya acrecentado el afán por responder, por encontrar la esencia, el origen y el destino del hombre. Tan angustioso resulta el problema del hombre en la actualidad, ante la falta de valores trascendentes, que hacen presente en nuestro mundo las angustias más profundas: nefastas matanzas y guerras, violaciones impunes de los derechos humanos y violencia e inestabilidad social, que más que en ninguna otra época el hombre contemporáneo busca respuesta al problema sobre sí mismo. Si el hombre no sabe quién es, no puede conocer y respetar su dignidad, y si no conoce y respeta su dignidad, no puede conocer y respetar la de los demás.

    Así las cosas, el problema del hombre es, en definitiva, hoy, como lo ha sido siempre, un problema fundamental. Por muy acuciantes que sean, como de hecho lo son, los problemas cotidianos (crisis económica, desempleo, inseguridad, huelgas, sindicatos, etcétera), todos estos problemas resultan secundarios ante la necesidad de saber quién soy yo, ya que de la respuesta que dé a esta pregunta, depende la orientación que daré mi vida entera.

    En este sentido, “Seis Noches”, con su muy expresivo subtítulo: “Una mirada al microcosmos”, ha resultado ser una propuesta, que ha abierto preguntas reales y auténticas acerca del hombre, que ha ayudado a tener viva la voz auténtica de mi ser.

    Gracias ICTE

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